La persecución política a medios de comunicación en España (en supuesta democracia) ha sido y es una realidad. En especial la corrupción política instaurada se ceba con la radio comunitaria y asociativa. El motivo es simple: la radio es un medio que puede necesitar concesión administrativa y que los políticos han diseñado para que con numerosas y abrumadoras leyes y legislación (como bien indicó el historiador romano Cayo Cornelio Tácito) el margen de legalidad, alegalidad e ilegalidad sea total. Así, una decisión política cacique e interesada, puede convertir al mismo medio radiofónico en subvencionado y apoyado, o en perseguido, cerrado y multado.
En el caso de la persecución de Eduardo Sanz García (Teniente Alcalde Ajuntament de Esplugues del Llobregat, Barcelona, España) las numerosas e interminables leyes que sirven para justificar persecuciones de la administración corrupta, al ser un ámbito municipal, se decantó por ordenazas de Urbanismo. La trampa mortal diseñada por la corrupción política es perfecta. Un juez básicamente recibe un caso en el que la administración denuncia por supuesto incumplimiento de leyes diseñadas a la carta. Así, cualquier persona física o jurídica, puede ser perseguida, multada y eliminada siempre, practicamente, porque si se busca y rebusca, un expediente sancionador se le puede hacer a cualquiera. Todos recordamos la famosa escena en la que un policía detiene a un vehículo, y le pone una multa porque tiene una luz trasera que no funciona. Al preguntar el conductor cúal es, el policía con su porra golpea y rompe el intermitente, y vuelve para decirle: esta!
Tras décadas funcionando parece ser que el señor Eduard Sanz García recibió una orden "de arriba" por la que una radio local debería cerrarse y eliminarse y, de repente, la pequeña antena de la radio local (muchos años inadvertida) pasó a ser casi problema nacional. Con una cara dura descomunal (a la que nos tienen acostumbrtados los políticos españoles) el área de urbanismo del ayuntamiento de Esplugas encontró mil faltas a la antena, y concluyó (como nó) debería ser quitada (sabiendo que una FM sin antena es condenarla a su mutilación y extinguir el medio de comunicación). De un plumazo, este individuo, este político corrupto e indeseable, llamado Eduard Sanz, se pasó por el forro los derechos de Igualdad de los administrados y los derechos a recibir información libre y plural de los miles de ciudadanos oyentes.